miércoles, 27 de abril de 2011

Para Pensar...

Actualmente se ha dejado de usar el término de discapacidad, sustituyéndolo por capacidades diferentes.
Esta nomenclatura, debería ser reflexionada y profundizada con mayor detenimiento.
Ya que, muchas familias que tienen alguno de sus miembros con una capacidad diferente o necesidades educativas especiales viven esta situación como una herida tan profunda que es imposible de sanar. Posiblemente, por desconocimiento y por la forma en que reciben la noticia.
Generalmente, se los notifica a los papás de todo lo que su hijo no podrá hacer o acceder. El ideal de los papás queda devastado y sienten una gran frustración, enojo, bronca, tristeza, y desconsuelo.
Sin embargo, creo sumamente necesario explicarles a los papás la necesidad de la estimulación y los alcances que pueden tener.
Se apela a la plasticidad neuronal, que es la facultad que tiene el cerebro de compensar las áreas y funciones dañadas, a través de rutas neuronales alternativas. Desde ya, que la calidad de las funciones que han sido dañadas tendrán un menor rendimiento. Es decir, que el cerebro hace más con menos.
Por lo tanto, capacitar a los papás en la problemática de su hijo y cómo abordarlas es indispensable, para que todos contribuyamos en un sano crecimiento en la medida de sus posibilidades. Ya que, ponerle un techo a un hijo o exigirle más de lo que puede es igualmente dañino.


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